Ante el cambio en el mundo, a raíz de los aranceles que se han venido implementando por Estados Unidos, surge la pregunta de si seremos capaces de atraer inversiones al país. En la más reciente ronda de anuncios de impuestos tarifarios, la conocida como de aranceles recíprocos, la República Dominicana se encuentra entre las economías con impuestos a sus importaciones del 10 %.
Si el arancel es permanente, debería considerarse que los costos internos de la economía deben reducirse en un monto mayor al 10 %, o hacernos más productivos en una proporción superior a esa cifra; o una combinación de ambos resultados.
¿Cómo se logra aumentar la competitividad? —que es la conclusión de lo anteriormente expuesto—. Mediante reformas que creen un mejor clima de negocios por medio de menos costos y medidas que favorezcan incrementos en productividad. Precisamente, la inversión facilita que una economía sea más productiva. Las inversiones aumentan el capital, que proviene de ahorro del cual carecemos, o no tenemos en la cuantía necesaria para que en el país se establezcan más y mejores procesos productivos. Estos procesos productivos permitirían crear bienes de mayor valor, aumentar la cantidad de empleos disponibles y remunerar mejor a los trabajadores.
En el gráfico se observa que, como porcentaje del producto interno bruto (PIB), la inversión extranjera directa (IED) del país se encuentra en 3.6 %; ligeramente superior al promedio de esa serie sin los años 2012 y 2017, que estuvieron determinados por la venta de las acciones de una empresa importante del país.
En términos nominales no debe sorprender que, en un mundo de alta inflación, la cifra de IED sea mayor luego de la pandemia. En consecuencia, es útil comparar el monto contra otra variable, para poder dimensionarlo. De igual forma, es necesario aclarar que no toda la IED es capital que llega cada año del exterior. En 2021 el 51.6 % resultó de reinversión de ganancias de empresas establecidas localmente. En 2022 y 20203, las cifras de reinversión fueron 34.8 y 38.9 %.
¿Cómo hacer que República Dominicana pueda atraer más inversión extranjera directa para que represente un cambio notable? El ambiente favorable a los capitales y a la innovación necesita reformas estructurales que reduzcan costos y establezcan reglas de juego estables e iguales para todos los actores, sin importar el tamaño de sus emprendimientos.
Son áreas que necesitan reformas o tienen que mejorar para poder convertir al país en un mejor destino de inversión: el sistema tributario, el mercado laboral, el sector energético, el mercado de hidrocarburos, la burocracia estatal, y el mejor cumplimiento de las leyes y la resolución de conflictos de forma más rápida.
La apatía local a realizar reformas estructurales debería ser alterada por la disrupción arancelaria internacional que amenaza con afectar a todas las economías del mundo. De lo contrario, seguiremos desperdiciando la oportunidad de oro de transformar el país.
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Una colaboración del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).
Fuente:
diariolibre.com