Por Jose Diaz 
La tarde del jueves 15 de mayo dejó a una comunidad entera con el alma en vilo. Sheilin Vizcaíno, una niña de 13 años, fue arrastrada por una fuerte corriente de agua y desapareció dentro de una alcantarilla en el sector Lavapié, mientras las lluvias azotaban sin clemencia las calles de la provincia San Cristóbal.
La escena fue tan rápida como aterradora. Vecinos la vieron caer, su cuerpo absorbido por la fuerza invisible del drenaje urbano, sin que nadie pudiera hacer nada.
De inmediato se activaron los organismos de emergencia, y brigadas de la Defensa Civil y los bomberos iniciaron la búsqueda. Pero tras horas sin éxito, se vieron obligados a suspenderla al caer la noche.
Fue entonces cuando la esperanza encontró refugio en los corazones tercos de la comunidad. Sin rendirse ante la lógica del desastre, un grupo de vecinos decidió continuar la búsqueda por su cuenta.
Con linternas, cuerdas y una fe irreductible, exploraron túneles y rejillas, hasta que pasada la medianoche, ocurrió el milagro: un leve movimiento, una mano que asomaba desde la oscuridad.
Era Sheilin. Viva.
El momento fue captado en video y rápidamente se difundió por redes sociales. Se ve a la menor con el rostro húmedo, los ojos abiertos como ventanas al espanto, pero moviendo la mano con una fuerza que desmentía el peligro vivido.
Sus rescatistas la rodearon con gritos de alivio y lágrimas contenidas. “La encontramos, está viva”, repetían entre sollozos.
La niña fue trasladada al Centro Médico Constitución (Cemeco), donde recibió atención inmediata. Según el diagnóstico, sufrió un golpe leve en la frente, pero se encuentra estable y fuera de peligro, acompañada por sus padres.
Las autoridades reconocieron la valentía de los comunitarios y aseguraron que se investigarán las condiciones del drenaje en la zona, mientras crece la indignación por la falta de tapas en muchas alcantarillas, trampas mortales en tiempos de lluvia.
Lo que pudo haber sido una tragedia irreparable se convirtió, por la persistencia de una comunidad y la resistencia de una niña, en una historia que San Cristóbal no olvidará. Una lección de humanidad en medio del descuido. Un milagro bajo la lluvia.
Fuente:
diariolibre.com