La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense recibió al secretario de Estado, Marco Rubio, la mañana de este martes, llamado a testificar sobre los recortes al presupuesto del Departamento que encabeza.
La sesión se extendió durante más de tres horas y se enfocó en las disminuciones en aportes a la ayuda internacional, así como la naturaleza considerada como adversarial en la diplomacia de esta administración.
Previo al resumen general de esta prolongada sesión, procedemos a comentar lo citado por el alto funcionario con relación a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la seguridad en Haití, por considerarlo de alto interés para República Dominicana.
Durante la audiencia, el senador Mike Lee (R-Utah) introdujo el tema de los aportes financieros a organizaciones internacionales. Al abordar el uso de la cuenta conocida como multipropósito que desembolsa los pagos a alrededor de 44 organismos, preguntó por qué en la propuesta de presupuesto solo se mencionan recortes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y ninguna otra. Saludó y compartió el escepticismo expresado reiteradamente por el secretario sobre la manera en que se usan en el exterior los fondos del contribuyente americano, pero pidió mayor claridad en el panorama de supresión de financiamiento a espacios multilaterales.
Rubio respondió que es muy simple pues la evaluación siempre girará en torno a si la participación de Estados Unidos en una organización avanza o no sus intereses nacionales.
Eso no quiere decir que deben estar de acuerdo con todo lo que esta haga pues en ocasiones es beneficioso el tener un asiento en la mesa y desde ahí influir en el camino a tomarse.
El problema, en su opinión, es que a veces se convierten en foros de actitudes antiamericanas, subvencionadas por el mismo Washington y legitimadas por ellos mismos.
El intenso debate entre Marco Rubio y un senador por la admisión de africanos blancos a EE. UU.
Marco Rubio está preocupado por la crisis en Haití, afirma Abinader
Señaló el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que consideró que no hace nada, sino que más bien es un refugio para algunos de los peores violadores del mundo, con financiamiento y credibilidad otorgada por Estados Unidos.
Aprovechó entonces para describir a la OEA, aclarando que no sugiere salirse de ella, pero que hay actualmente una catástrofe en el Hemisferio Occidental, en Haití, para lo cual se busca una estrategia alternativa pues lo que se está haciendo ahora no está funcionando. Haití va por una dirección muy mala y todos están doblándose o halando sus moños para intentar descifrar cómo lograr que la ONU u otra entidad plante bandera allá para establecer una misión que resuelva el caos.
Ante estas discusiones, se pregunta para qué sirve la OEA, que, si mal no recuerda, la última vez que lideró una misión fue en 1965, si no puede responder como colectividad ante una severa catástrofe en nuestro propio hemisferio.
Reiteró que con esto no quiere decir que se saldrán de la organización, pero que sí hay que empujar que las membresías existentes mejoren su funcionamiento, pues una de las razones de ser de este organismo hemisférico es poder lidiar con crisis como la haitiana.
Crisis que no se parece a ninguna otra pues no son movimientos ideológicos en pugna, sino un país tomado por pandillas criminales y eso requiere un abordaje muy distinto.
Agradeció públicamente a Kenia y la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS) por el gran sacrificio que han asumido bajo riesgo, manifestando que Washington sigue comprometido, pero que por sí sola, esta no tiene cómo resolver este problema. Ese es un ejemplo de algo en lo que quieren tener un rol de liderazgo activo, ver organizaciones como la OEA, que reciben un considerable aporte americano, dar un paso adelante y proveer misiones de países miembros que ayuden en Haití, a punto de caer en una situación incluso peor.
El senador Lee valoró los comentarios sobre la OEA, recordó que Leandro Rizzuto Jr. ha sido nominado como Embajador ante ella y aseguró que este comparte la visión sobre su funcionamiento futuro.
Análisis y Comentario
Marco Rubio ha sido reiterativo en su visión de que la Organización de Estados Americanos (OEA) debe tener un rol activo, más bien protagónico, en la solución a la problemática haitiana.
Esto lo ha manifestado en entrevistas, escritos y desde el Palacio Nacional en República Dominicana. Profundizar sobre ello ante el Senado americano durante una tensa sesión sobre el presupuesto apuntaría a que como se dice en Estados Unidos, parece querer “poner el dinero a la par de la boca”.
Podemos deducir que considera inviables las gestiones para un voto favorable de China y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, prefiriendo que los esfuerzos se concentren en el foro donde Washington tiene mayor incidencia por encima de cualquier veto.
La Asamblea General de la OEA tiene lugar en exactamente un mes en Antigua y Barbuda por lo que no es inverosímil pensar que esto será parte de la agenda de Rubio ahí puesto que ya lo ha proyectado durante meses en cada oportunidad que se le presenta. Esto amerita un análisis serio del Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) para decidir cómo accionar en caso de que se presente.
Rubio cuestiona la postura de OEA ante crisis de Haití y le insta a dar un paso al frente
Como dato, Rubio tuvo ligera pero entendible confusión al referirse a 1965, a todas luces pensando en la Fuerza Interamericana de Paz que intervino República Dominicana durante nuestra trigésima primera y última guerra civil.
La presentó como la última vez que la OEA encabezó una misión de este tipo, pero vale la pena recordar, con todas sus particularidades, la Misión Civil Internacional en Haití (MICIVIH) en 1993.
Esta fue una experiencia conjunta ONU-OEA con el fin de proteger los derechos humanos, monitorear los abusos y construir instituciones sólidas. La misma fue expulsada tras solo 8 meses, pero es un ejemplo de historial hemisférico en la inestable nación haitiana.
Fuente:
diariolibre.com