Por Jose Diaz 
En medio de la grave crisis de seguridad que atraviesa Haití, las autoridades del país han recurrido a los servicios de Erik Prince, contratista militar privado estadounidense y destacado simpatizante del presidente Donald Trump para luchar contra las bandas armadas. Prince cuenta con un historial controvertido por el despliegue de mercenarios en diversos países, incluyendo Irak.
Según un artículo publicado este miércoles por The New York Times, el fundador de la extinta empresa militar Blackwater Worldwide firmó un contrato con el gobierno haitiano para combatir a los grupos criminales que desestabilizan al país. La información fue confirmada por altos funcionarios haitianos y estadounidenses, así como por expertos en seguridad familiarizados con la operación.
Prince alcanzó relevancia durante la guerra en Irak, cuando Blackwater obtuvo contratos millonarios del gobierno estadounidense para proteger diplomáticos y convoyes.
El reportaje indica que el gobierno de Haití ha recurrido a los servicios de contratistas estadounidenses —entre ellos, Prince— para integrar un grupo secreto encargado de operar drones armados, cuyo objetivo sería eliminar a cabecillas de pandillas.
Desde marzo, el equipo de Prince ha estado utilizando drones en territorio haitiano, aunque hasta el momento no se han reportado resultados concretos, como la captura o eliminación de objetivos de alto valor.
Expertos citados señalan que Prince ha estado reclutando veteranos haitiano-estadounidenses para enviarlos a Puerto Príncipe. Se espera que hasta 150 contratistas lleguen al país durante el verano. Además, se ha informado del envío reciente de un alijo de armas a Haití.
Las autoridades haitianas aguardan la llegada de más equipos y personal para intensificar la lucha contra las pandillas.
Funcionarios estadounidense indicaron estar al tanto del trabajo del jefe de mercenarios en Puerto Príncipe, pero se desconocen los términos del acuerdo entre el gobierno haitiano y Prince, incluido el monto pagado. El Departamento de Estado aseguró al Times que no ha pagado ni a Prince ni a sus compañías por operaciones en Haití.
El artículo original, que incluye el testimonio de 12 personas relacionadas con la situación de Haití, no cuenta con las declaraciones de Prince, que declinó hacer comentarios.
Blackwater, empresa que fundó en 1997 y que ganó notoriedad por su participación en la guerra de Irak, ya no existe, pero Prince aún dirige otras compañías del mismo perfil, indica el diario.
- Al menos otra empresa de seguridad estadounidense está trabajando en Haití, aunque los detalles de su papel son secretos, según NY Times.
Prince espera ampliar el alcance de su trabajo en Haití para incluir ayuda con las aduanas, el transporte, la recaudación de impuestos y otros servicios gubernamentales que deben restablecerse para que el país se estabilice, según dijo de una fuente ligada al empresario.
El historial de Prince
La reputación de Prince se deterioró tras la masacre de la plaza Nisour en Bagdad (2007), donde sus contratistas mataron a 17 civiles, lo que provocó condenas internacionales e investigaciones judiciales.
En 2020, el presidente Trump indultó a cuatro guardias de Blackwater condenados por ese caso. Prince también ha sido vinculado a otras controversias internacionales, como el entrenamiento de mercenarios colombianos para Emiratos Árabes Unidos en 2011, y un polémico plan para privatizar la guerra en Afganistán en 2017.
También en ese año, días antes de la investidura de Trump, los Emiratos Árabes Unidos organizaron una reunión entre Prince y un emisario cercano a Vladimir Putin, presuntamente para establecer un canal secreto entre Moscú y el entonces presidente electo. Aunque el Congreso estadounidense recomendó una investigación penal por declaraciones falsas de Prince, nunca se le presentaron cargos.
Prince donó 250,000 dólares para ayudar a Trump a ser elegido en 2016, según los registros financieros de la campaña.
Su hermana Betsy DeVos fue secretaria de Educación durante el primer mandato de Trump.
A menudo se le citaba como un «asesor» informal para la primera transición de Trump al cargo, una descripción que él negó.
Más recientemente, The New York Times reveló que Prince reclutó a exespías para infiltrar grupos liberales en EE. UU., y en 2021, fue acusado por la ONU de violar un embargo de armas en Libia, acusación que él negó.
- «Mi nombre se ha convertido en un cebo para las personas a las que les gusta tejer teorías de conspiración«, dijo Prince en una entrevista de 2021 con The Times. «Y si ponen mi nombre, siempre llama la atención. Y es bastante repugnante».
Después de que terminaron las ocupaciones estadounidenses de Afganistán e Irak, las empresas de seguridad como las propiedad de Prince comenzaron a ver cómo se agotaban grandes flujos de ingresos. Los contratistas militares privados están buscando nuevas oportunidades y ven posibilidades en América Latina.
Antes de las elecciones presidenciales en Ecuador este año, Prince recorrió el país con la policía local y prometió ayudar a las fuerzas de seguridad. El país ha enfrentado una ola de violencia desatada por las pandillas.
Las autoridades ecuatorianas negaron haber firmado algún acuerdo de seguridad con Prince.
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Críticas a la operación en Haití
Rod Joseph, veterano haitiano-estadounidense del Ejército de EE. UU. y propietario de una empresa de seguridad en Florida, afirmó haber estado en contacto con Prince desde finales del año pasado. Inicialmente creyó que el proyecto tendría respaldo oficial estadounidense, pero luego quedó claro que la operación dependería exclusivamente del gobierno haitiano.
“Deberíamos estar muy preocupados, porque si viene del gobierno de EE. UU., al menos debe rendir cuentas al Congreso. Pero si es él, su contrato, no le debe explicaciones a nadie”, advirtió Joseph. Rechazó colaborar si no se le daban detalles precisos de la misión ni se le garantizaba un rol de liderazgo.
Prince le comentó que planeaba enviar soldados privados desde El Salvador, junto con tres helicópteros, para lanzar ataques contra las pandillas. Cabe señalar que los contratistas militares estadounidenses que trabajan en el extranjero deben obtener una licencia del Departamento de Estado, aunque esos permisos no son públicos.
- Joseph, que fue el único de las 12 personas que se identificó para el artículo del NY Times, ya ha trabajado en Haití, donde entrenó a la policía en el uso de drones de vigilancia.
Haití tiene antecedentes con contratistas militares. En 1994, cuando tropas estadounidenses restituyeron al presidente Jean-Bertrand Aristide tras un golpe de Estado, fue acompañado por una firma privada de seguridad. Sin embargo, la implicación de mercenarios ha sido más cuestionada en años recientes, especialmente tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, en el que participaron mercenarios colombianos contratados por una empresa estadounidense.
Analistas advierten que la presencia de Prince puede restar legitimidad a los esfuerzos de seguridad en Haití, dada su notoriedad y la atención mediática negativa que suele atraer. “Donde va Prince, suele haber problemas de imagen para la industria de seguridad privada”, señaló Sean McFate, experto de la Universidad de Defensa Nacional y autor de The Modern Mercenary.||Sin embargo, para muchos funcionarios haitianos, todas las opciones están sobre la mesa. “Las puertas están abiertas. Todas las posibilidades deben estar sobre la mesa”, declaró el ministro de Economía y Finanzas, Alfred Métellus, al periódico Le Nouvelliste. “Estamos buscando a todos los haitianos y extranjeros con experiencia que quieran apoyar a la policía y al ejército”.||Pero los críticos insisten en que depender de contratistas extranjeros podría frenar el desarrollo de capacidades locales. “Cada vez que se lanza el conocimiento desde el aire y se retira igual, los locales siempre estarán necesitados de ese conocimiento. Si no hay formación en seguridad, solo habrá más muertos”, concluyó Joseph.
Fuente:
diariolibre.com