Las múltiples vidas del Malecón de Santo Domingo

Antes de llamarse el Malecón, la zona costera que hoy bordea el mar Caribe en Santo Domingo y uno de los símbolos más representativos de la ciudad, era conocida por otros nombres populares, como El Tripero, Boca del Infierno y Placer de los Estudios.

El Tripero se denominaba una parte de la franja ubicada en el Paseo Presidente Billini (Obeslisco Hembra). Este nombre se usaba porque en ese lugar funcionaba, en aquella época, una especie de matadero con corral.

Allí había un negocio donde se compraba y vendía ganado vacuno que luego era sacrificado para consumo, y la carne se transportaba en carretas.

Boca del Infierno, otro de sus nombres, debido a las fuertes olas y el violento choque del mar contra las rocas en esa zona costera. Este fenómeno natural creaba un estruendo poderoso y una apariencia peligrosa.

Placer de los Estudios porque era un lugar donde los estudiantes solían reunirse en su tiempo libre para conversar, pasear y disfrutar del ambiente tranquilo junto al mar.

Según el diccionario, un malecón puede definirse como un muro de contención, un rompeolas, un muelle o un paseo marítimo, con diferentes funciones según el contexto.

En el caso de Santo Domingo, se trata de un paseo costero que funciona como vía de circulación urbana y espacio de recreación pública. Por esta razón, fue incorporado al Parque Nacional Litoral Sur mediante la Ley 305 del 1968.

El Malecón de Santo Domingo, situado a lo largo de la avenida George Washington, se extiende por aproximadamente 14 kilómetros, atravesando buena parte del litoral capitalino, con el mar Caribe de un lado y, del otro, una variedad de hoteles, bares y restaurantes.

Su trayecto comienza en las cercanías del sector Manresa y finaliza en la intersección con la avenida del Puerto, próximo a la Ciudad Colonial.

La designación con el nombre de George Washington del tramo más popular del Malecón se produjo a la par con su inauguración, el 23 de febrero de 1936.

A lo largo de su recorrido, alberga diversos puntos de interés histórico y turístico, entre ellos la Plaza Juan Barón, el Obelisco Macho, el Obelisco Hembra y el Monumento a Fray Antón de Montesinos.

Obelisco Macho

El Obelisco de Santo Domingo, también llamado Obelisco Macho, es uno de los símbolos más representativos de la capital dominicana. Con una altura de 40 metros, su inauguración tuvo lugar el 11 de enero de 1937 para marcar el cambio de nombre de Santo Domingo a Ciudad Trujillo, en honor al dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Aunque muchos monumentos relacionados con la dictadura fueron eliminados tras la muerte de Trujillo, el Obelisco se ha mantenido en pie.

A lo largo del tiempo ha tenido distintos usos, desde decorarse como árbol navideño hasta convertirse en un homenaje a la Resistencia Dominicana. Actualmente, luce obras que recuerdan a las hermanas Mirabal, símbolos de la lucha contra la tiranía trujillista, asesinadas en 1960.

Obelisco Hembra

El Monumento a la Independencia Financiera, conocido como el Obelisco Hembra, fue inaugurado en 1944 para conmemorar el pago de la deuda externa dominicana y el fin de la intervención aduanal estadounidense iniciada en 1907.

Ubicado en la casi esquina Pina, mide 20 metros de altura. Su estructura incluye dos formas aladas que se unen en un centro octogonal.

Playa de Güibia

Durante la era de Trujillo, esta playa era la más concurrida, destacándose por la presencia de un prestigioso casino en la zona. En aquel entonces, los visitantes se deleitaban en las cristalinas aguas del Caribe, disfrutando de refrescantes baños y la suave brisa que se filtraba entre los cocoteros y almendros que adornaban la playa.

Dada esta preferencia, la playa de Güibia parecía un hormiguero los fines de semana y días feriados. Al casino acudían familias acomodadas, incluso hasta el propio jefe, y el balneario era para obreros, guardias, policías y marineros.

Caída la dictadura, el casino pasó a manos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que desde entonces mantiene allí su club de profesores.

Debido a la alta contaminación de sus aguas, hoy enfrenta un grave problema de contaminación ambiental que ha deteriorado su condición como balneario.

El vertido constante de aguas residuales, desechos sólidos arrastrados por los drenajes urbanos y la falta de un sistema efectivo de saneamiento han convertido sus aguas en un riesgo para la salud pública.

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Playa de Güibia durante la dictadura. (

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

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Parque Eugenio María de Hostos

Inaugurado en 1937 como Parque Ramfis Trujillo, este espacio fue concebido como el parque más moderno del Caribe en su época. Contaba con piscina, acuario y otras instalaciones recreativas. Tras la caída del régimen trujillista, el parque fue renombrado en honor a Eugenio María de Hostos, educador y pensador puertorriqueño. Hoy, el parque ofrece áreas para niños, gazebos y espacios para actividades culturales y recreativas.

Las Palmas

Las palmas que adornan las aceras del Malecón no son solo elementos decorativos; representan el carácter tropical y acogedor de la ciudad.

Estas palmas, plantadas a lo largo de la avenida, ofrecen sombra y belleza, convirtiendo el paseo en un lugar ideal para caminatas y momentos de relajación frente al mar Caribe. Su presencia ordenada y continua refuerza la identidad visual como un paseo tropical que conecta naturaleza, ciudad e historia.

Monumento Fray Antón de Montesinos

Este monumento rinde homenaje a Fray Antón de Montesinos, quien en 1511 pronunció un sermón en defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

Ubicado cerca del Parque Eugenio María de Hostos, el monumento sirve como recordatorio de la lucha por la justicia y los derechos humanos en la historia de la República Dominicana.

Fuente:

diariolibre.com

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By Jose Diaz

Soy José Díaz, apasionado por las noticias digitales y siempre en busca de las últimas tendencias e innovaciones en el mundo de la información. Mi interés se centra en analizar y compartir contenido de actualidad, manteniéndome al tanto de lo que sucede en el entorno digital y global.

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