Exembajador dominicano en Haití evoca la intrahistoria del Oloffson

La quema del Hotel Oloffson en Puerto Príncipe, ese enclave legendario de la arquitectura gingerbread y bastión de la vida artística haitiana, ha generado una ola de reacciones que trascienden fronteras.

Desde América hasta Asia, la noticia ha encontrado eco en medios internacionales de peso que han elevado la destrucción de este inmueble a la categoría de símbolo de una nación en ruinas.

La resonancia ha sido tal que incluso el South China Morning Post, de Hong Kong, le dedicó un espacio, remarcando que el incendio no solo afectó un edificio, sino un capítulo entero de la memoria caribeña.

Construido a finales del siglo XIX como mansión privada y reconvertido en hotel tras la ocupación estadounidense, el Oloffson sobrevivió terremotos, dictaduras y décadas de inestabilidad.

Su arquitectura de encaje blanco y balcones floridos fue inmortalizada por artistas, músicos, diplomáticos, escritores y visitantes que lo hicieron suyo. El escritor Graham Greene lo convirtió en escenario literario de Los comediantes.

El incendio, provocado por bandas armadas en medio de los enfrentamientos que dominan Puerto Príncipe, ha sido calificado por el gobierno haitiano como “un acto intolerable”, en tanto artistas y miembros de la sociedad civil lo lamentan como una afrenta a la historia viva del país.

El exembajador dominicano en Haití, el periodista y diplomático Guarionex Rosario, ofreció su recolección de memorias sobre ese ícono en el paisaje de Puerto Príncipe:

La destrucción por incendio del Gran Hotel Oloffson, de Puerto Príncipe, atribuida a las bandas que asedian al gobierno haitiano, es una pérdida enorme del patrimonio histórico de esa nación y un lugar amigable para la diversión y el entretenimiento que cubrió dos siglos.

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Infografía

La piscina del emblemático edificio construido a finales del siglo XIX. (CC)

La quinta donde se encuentran ahora las ruinas del Oloffson fue una propiedad de la aristocrática familia haitiana Sam, quien la vendió al inmigrante alemán Werner Oloffson, de quien derivó el nombre hasta nuestros días, sitio inevitable durante la belle époque.

Así se le llamaba a la era de Puerto Príncipe en los años de 1950 en adelante hasta la caída de la larga dictadura de Francois y su hijo Jean Claude Duvalier a mitad de 1980. Fue sitio de tertulia y camaradería para personajes importantes como Graham Greene.

En 1966, el escritor británico Green publicó Los Comediantes, una novela sobre la dictadura de Duvalier padre que tomó por sorpresa a Hollywood, aunque nunca se le consideró como gran obra del cine. La difusión de la película supuso cierta decadencia para el hotel.

La exhibición de esa película nunca fue autorizada en los cines dominicanos. Junto a un par de amigos con quien pasaba unas vacaciones en San Juan de Puerto Rico, fuimos a verla. No entendí el aspaviento de los amigos del doctor Balaguer como para que el filme fuera prohibido.

Los comediantes fue recreada en las salas y salones del Oloffson, una construcción de estilo gótico de jengibre que en sus momentos de gloria reunió en mesas de cóctel y en su barra a personalidades de la época como Green, Richard Burton y Elizabeth Taylor y la coreógrafa Katherine Dunham.

Cuando conocí el Oloffson en 1982, por allí andaba a veces la señorita Dunham, una bailarina, coreógrafa y antropóloga afroamericana que se enamoró de Haití y se quedó. Su sitio espiritual estaba en las vecindades de Martissant, donde tenía un peristil (templo) y ofrecía shows de vudú que atraían a los turistas    

En su juventud, la hermosa mulata que estudió en Chicago y Nueva York, participó en la coreografía de obras eternas de la producción cinematográfica como Stormy Weather, que todavía se canta en la música popular y el jazz.

Hizo una resonante huelga de hambre de 47 días por los refugiados haitianos durante la época del boat people en 1992.

Quizás el Oloffson evocaba la belle époque, como el sitio de diversión y cotorreo social de la burguesía haitiana, que tradicionalmente ha mirado con desdén al populacho oficialmente rescatado de la servidumbre y la esclavitud con la revolución dessaliniana de 1804.

 En el Oloffson se juntaban cantantes de la época de los años cincuenta como Herby Widmaier, crooner del rango de Mel Tormé, y Joe Williams, norteamericanos; pero el infaltable era Aubelin Jolicoeur, ataviado siempre con su traje de pambiche blanco-vainilla y su bastón de lujo.

Jolicoeur era de Jacmel, el sur de Haití. Pese a ser de madre pobre que lo parió a la orilla del cementerio de la ciudad, se educó y hablaba francés, creole, inglés y español. Acuñó una buena colección de arte haitiano y relaciones a todos los niveles, hasta el Palacio Nacional.

Personaje haitiano doblado en Los Comediantes, lo conocí cuando una misión obispal visitó Santo Domingo para estrechar nexos con sus colegas dominicanos y hablar sobre el trato a los braceros, durante los doce años de Balaguer (posiblemente en 1975). Él vino como periodista ya que era un cronista social disfrazado.

Después lo veía en el Oloffson, pero rara vez intercambiábamos palabras. Entre 1982-83, me desempeñé como embajador dominicano en Haití. Dadas las circunstancias, mantuve la distancia del aparato social y político prevaleciente en Puerto Príncipe. Cuando Jolicoeur murió, The New York Times le dedicó una esquela mortuoria nutrida. 

La caída del Oloffson es la última reliquia del viejo Puerto Príncipe.

Resistió el temblor del 2010 y los huracanes, como no pudieron la catedral arquidiocesana y la catedral episcopal Santa Trinidad, donde el travieso pintor Castera Bazile pintó su cara en los retratos de ángeles y arcángeles que, como siempre, son blancos en el santoral católico. 

Declaraciones del Gobierno haitiano

El Gobierno haitiano calificó como “un acto intolerable” el incendio provocado por pandilleros al Hotel Oloffson, considerado una joya arquitectónica y un símbolo de la historia del país, destruido “por las llamas en un acto criminal de una violencia incalificable”, y advirtió de que lo sucedido no quedará impune.

“Se ha destruido una parte del alma de Puerto Príncipe, de la memoria nacional y del patrimonio haitiano”, lamentó el Ejecutivo en un comunicado difundido a la nación, en el que declaró “tolerancia cero contra las bandas armadas que siembran el terror en el país”.

El incendio se atribuye a bandidos armados parte de la coalición ‘Vivre Ensemble’, dirigida por el expolicía Jimmy Cherisier, alias Barbecue, incendiaron el Hotel Oloffson, situado en la avenida Christophe, no lejos de Carrefour-feuilles, al sur de la capital.

“Los bandidos armados han dado un nuevo paso en el terror. Ya no solo queman casas: ahora atacan nuestra cultura, nuestra identidad, lo que nos hace ser un pueblo”, prosiguió el comunicado oficial.

La representación del Consejo Presidencial de Transición (CPT) expresó su “firme indignación” y llamó a la población a movilizarse en contra de estos actos.

Fuente:

diariolibre.com

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By Jose Diaz

Soy José Díaz, apasionado por las noticias digitales y siempre en busca de las últimas tendencias e innovaciones en el mundo de la información. Mi interés se centra en analizar y compartir contenido de actualidad, manteniéndome al tanto de lo que sucede en el entorno digital y global.

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