Kevin López nació en Estados Unidos, pero su historia está marcada por el sacrificio de quienes emigraron antes: sus padres. Originarios del estado de Oaxaca, México, cruzaron la frontera en los años 80 con la esperanza de encontrar un futuro mejor. Esa hazaña, hoy es la raíz de su lucha a través del arte.
Desde Los Ángeles, la ciudad más poblada del estado de California, Kevin ha decidido levantar la voz en nombre de los inmigrantes, especialmente en contra de las redadas que forman parte del endurecimiento de la política migratoria impulsada por el Gobierno de Donald Trump.
Aunque su familia no ha sido afectada directamente por los operativos que se vienen ejecutando desde principios de junio en todo el estado, la tensión que vive la comunidad latina lo llena de “coraje”, por lo que ha encontrado en el arte una forma de protesta y de homenaje a sus raíces.
Kevin es grafitero. A través de su pintura en spray, con la que transforma lienzos en mensajes de solidaridad, se unió al campamento Summer of Resistance (Verano de Resistencia), instalado en la Placita Olvera, en el centro histórico de Los Ángeles.
Allí, cada día se realizan actividades comunitarias, talleres, capacitaciones y desde ese mismo punto parten las marchas que recorren la ciudad en defensa de los derechos de los migrantes.
“Estoy haciendo un mural para la Ciudad de Los Ángeles, representando a todos los latinos, hispanos, oaxaqueños, salvadoreños, guatemaltecos, toda la gente que son inmigrantes, que al fin del día todos somos inmigrantes, y si no fuera por ellos no estaríamos aquí”, cuenta Kevin a Diario Libre, con una mano en el pecho y un brillo en su mirada.
Su mural recrea una escena estremecedora: tres niñas indígenas, vestidas con trajes típicos de Oaxaca, observando el horizonte desde el lado mexicano de la frontera. A su lado, la Virgen de Guadalupe las protege. Frente a ellas, una verja con forma de bandera de Estados Unidos que, según Kevin, representa la esperanza de “una vida con más oportunidades”.
Campamento Verano de Resistencia
California se ha convertido en el epicentro de redadas masivas que han desatado protestas y generado gran preocupación entre la comunidad latina, tanto documentada como indocumentada.
Muchos denuncian que estas acciones responden a criterios de perfil racial, basados en aspectos como el tono de piel o el idioma.
En respuesta, organizaciones sin fines de lucro han levantado un campamento permanente en el centro de Los Ángeles. Allí se ofrece una resistencia simbólica y ayuda concreta: asesoría legal, alimentos, apoyo para el pago de renta y asesoría para saber cómo actuar ante operativos migratorios.
“Desde las 8:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche tenemos un programa. Diferentes eventos, capacitaciones, entrenamientos para el beneficio de la comunidad”, explica Fátima Flores, miembro del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) – local 721.
Lo que demandan
El campamento es también un espacio de exigencia. Desde allí, manifestantes se dirigen hacia el Centro de Detenciones y el Edificio Federal, ubicados a pocas cuadras de la Placita Olvera.
Aunque en principio planeaban permanecer hasta mediados de julio, los organizadores han dicho que se quedarán hasta que sea necesario, según Aurora Granados, también integrante de SEIU -721, quien explica con claridad los objetivos de esta lucha.
“Las tres demandas que tenemos son: un alto a las redadas, que saquen a los militares de Los Ángeles y que rompan los lazos que tienen nuestras autoridades con ICE”, afirmó.
ICE —el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos— es la agencia encargada de aplicar las leyes federales de inmigración. La presencia de estos agentes en los estados minados por inmigrantes, como California, representa para los integrantes del campamento una política que separa familias y genera temor.
Fuente:
diariolibre.com