Círculos de violencia en las parejas: una realidad silenciosa

La violencia de pareja continúa siendo una de las problemáticas más complejas y persistentes en nuestra sociedad. Más allá de los golpes, existen múltiples formas de agresión que muchas mujeres no logran identificar desde el principio. 

Así lo afirma Nahumry Toribio, psicóloga clínica, terapeuta familiar y de pareja, quien trabaja en Profamilia, en su sucursal de San Francisco de Macorís.

“Muchas veces las mujeres no reconocen que están siendo víctimas de violencia. Tienden a justificar el comportamiento del agresor: que fue por una discusión, por una infancia difícil o porque ellas provocaron la situación”, explicó la terapeuta.

Según Toribio, este es el inicio del ciclo de violencia: la negación y la justificación. Desde comentarios humillantes, gritos o insultos delante de familiares, hasta manipulaciones económicas y chantajes sexuales, la violencia puede ir escalando silenciosamente hasta llegar a lo físico.

El ciclo de la violencia

Una característica alarmante es el ciclo repetitivo en que muchas víctimas se ven atrapadas: agresión, arrepentimiento del agresor, promesas de cambio, reconciliación… y luego, de nuevo, violencia.

“Después del maltrato viene la llamada ‘fase de luna de miel’. El agresor pide perdón, promete cambiar, dice que fue un error. La víctima, llena de culpa o esperanza, suele perdonar… y el ciclo comienza otra vez”, describió.

Otro de los factores que impide a muchas mujeres salir de esa situación es el miedo a las represalias. “Amenazas como ‘te voy a quitar los niños’ o ‘nadie te va a querer con tres muchachos’ o hasta ‘si le comentas a alguien, te mato’ son comunes y muy efectivas para mantener el control”, asegura la especialista.

La violencia no solo impacta a la mujer, sino también a sus hijos. Los menores que crecen en un entorno de violencia pueden presentar problemas de aprendizaje, ansiedad, retraimiento o conductas agresivas en la escuela.

“Ellos no pueden expresar su dolor en casa, así que lo replican donde pueden: en el colegio, con otros niños”, advirtió Toribio.

Falta de apoyo y dependencia económica

Una causa frecuente que impide a muchas mujeres romper con este patrón es la dependencia económica

“Muchas pacientes me dicen que no tienen cómo mantener a sus hijos, no tienen empleo ni apoyo familiar, y por eso deciden quedarse”, comentó la terapeuta.

Sumado a esto, está el aislamiento sistemático que el agresor fomenta: alejar a la víctima de sus seres queridos, despojarla de su independencia, y hacerla sentir incapaz de sobrevivir sola.

Repuesta de las autoridades

Aunque existen canales de denuncia y asistencia legal, la respuesta institucional muchas veces es insuficiente

Durante la conversación, Toribio relató un caso donde la misma Fiscalía entregó a la víctima la citación para que se la diera al agresor. “¿Cómo es posible que tú tengas que entregarle la denuncia a quien te agrede?”, cuestionó.

Sin embargo, para el mes de marzo, la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, dijo que de 17 feminicidios documentados hasta ese entonces en este año 2025, 14 no habían presentado denuncias previas.

Según la funcionaria, esto representa «un grave problema para el sistema de justicia y protección».

En respuesta a este planteamiento, la terapeuta pide que se fortalezcan las políticas públicas con programas de ayuda y fortalecimiento educativo para que desde el noviazgo se aprenda a identificar las banderas rojas en la relación, así como capacitaciones con cursos técnicos para que las mujeres puedan independizarse.

“Así evitaríamos llegar a la violencia”, destacó la psicóloga.

  • La terapeuta familiar precisó que es necesario fomentar la confianza de la víctimas en los recursos policiales y judiciales, que en muchas ocasiones las lleva a no presentar las denuncias.

Salir del círculo es posible

A pesar de lo complejo del panorama, hay salida, pero se necesita apoyo psicológico, legal y social. Según la especialista, el primer paso es identificar la violencia, dejar de justificarla, y romper el silencio.

En instituciones como Profamilia, las mujeres pueden encontrar ayuda psicológica a bajo costo, asesoría legal gratuita y acompañamiento para recuperar su autonomía. 

“No dejamos ir a ninguna paciente porque no tenga dinero. Siempre buscamos cómo ayudarla”, aseguró.

“Debemos psicoeducar a nuestras niñas para que identifiquen las señales de alerta desde el noviazgo. Prevenir es la clave. Y si ya están dentro del círculo de violencia, que sepan que no están solas, que sí se puede salir”, insistió.

Del mismo modo, Toribio recordó que muchas mujeres que hoy son profesionales, con estabilidad económica, también han sido víctimas, rompiendo con la posible creencia de que los círculos de violencia son exclusivos de estratos bajos.

“A veces, tras una infancia con heridas emocionales o carencias afectivas, terminan normalizando relaciones tóxicas”, indicó.

“El amor propio, la autoestima y el saber que mereces una relación sana es fundamental. Si sientes que estás en una situación de violencia, habla, pide ayuda, salir del círculo es posible, pero no tienes que hacerlo sola. Alguien puede prestarte la linterna para ver la luz el camino”, fue su reflexión final.

Fuente:

diariolibre.com

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By Jose Diaz

Soy José Díaz, apasionado por las noticias digitales y siempre en busca de las últimas tendencias e innovaciones en el mundo de la información. Mi interés se centra en analizar y compartir contenido de actualidad, manteniéndome al tanto de lo que sucede en el entorno digital y global.

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