El ingeniero César Fernández criticó la decisión del Gobierno de priorizar la construcción de un monorriel en Santo Domingo sobre la expansión del sistema de metro, calificándola de “falsa economía” y de muestra de improvisación en materia de transporte público.
En un artículo titulado “Metro vs. Monorriel: Un Gobierno que no para de improvisar”, Fernández sostuvo que la apuesta oficial al monorriel responde a un cálculo de costos inmediatos, pero sin visión de largo plazo.
“Un sistema de tránsito que comienza a operar ya a su máxima capacidad no es una solución, es simplemente posponer una crisis mientras se desperdician valiosos recursos públicos”, advirtió.
El político señaló que el metro de Santo Domingo puede mover hasta 27,000 pasajeros por hora en horas pico, mientras que el monorriel propuesto alcanzaría solo 20,000, lo que representaría un 26 % menos de capacidad.
A su juicio, el nuevo sistema nacería al límite de su capacidad y sin margen para responder al crecimiento demográfico proyectado para las próximas décadas.
“La planificación de transporte público debe considerar al menos un horizonte de 25 años. Iniciar con un sistema ya congestionado significa condenar a la ciudad a nuevas inversiones en menos de una década”, apuntó.
Fernández subrayó que, a diferencia del metro, los monorrieles tienen limitaciones estructurales que hacen “prohibitivamente difícil” ampliar su capacidad una vez construidos.
Experiencia internacional y riesgos operativos
El dirigente de la Fuerza del Pueblo también citó experiencias internacionales, indicando que en la mayoría de las ciudades los monorrieles funcionan como sistemas secundarios o turísticos, no como ejes centrales de movilidad.
Recordó que en América Latina la opción dominante sigue siendo el metro, presente en ocho países, mientras que el monorriel solo se utiliza en Brasil, en corredores complementarios.
Además, advirtió sobre retos de seguridad, como las dificultades de evacuación en emergencias debido a su estructura elevada y la falta de redundancia operativa: “una avería en un monorriel puede paralizar toda la línea, a diferencia del metro que ofrece vías alternas”.
Impacto urbano y costo real
En cuanto al impacto urbano, Fernández alertó que las vigas y estaciones elevadas del monorriel alterarían el paisaje de barrios tradicionales de Santo Domingo y reducirían el valor de las propiedades.
Afirmó que los aparentes ahorros iniciales de construcción se diluyen en el tiempo, ya que la vida útil del sistema es más corta y exige reemplazos o complementos costosos en 20 o 30 años.
“El costo adicional de un 15 a 25 % para expandir el metro se justifica como inversión multigeneracional. Construir para el Santo Domingo de 2050 y no solo para el 2025 es la verdadera responsabilidad en infraestructura”, concluyó.
Fuente:
diariolibre.com