Lourdia Jean Pierre tenía 32 años, cuatro hijos y miedo. Miedo a ir al hospital, a que alguien preguntara por sus papeles, a ser detenida. El pasado viernes, mientras el sol apenas clareaba el campo dominicano, comenzó a sentir los dolores del parto.
Eran las cinco de la mañana. Se negó a buscar asistencia médica. Parió sola. Poco después, murió en la sala de su casa.
Su esposo, Ronald Jean, también inmigrante indocumentado, fue testigo de la tragedia sin saber cómo reaccionar. “Yo me puse malo. Ella parió y ahí mismo se quedó”, contó con voz apagada a Diario Libre. Temía salir o pedir ayuda. Finalmente, llamaron al 9-1-1, pero los paramédicos solo pudieron confirmar el deceso.
La pareja vivía en condiciones precarias en el distrito municipal de Pedro Sánchez. De los cuatro hijos de Lourdia, dos residen en Haití. El recién nacido está bajo el cuidado de una prima en Miches. “Ella lo tendrá hasta que yo me recupere y pueda trabajar”, explicó Ronald. Los tres fueron llevados al hospital por el personal de emergencias para los procedimientos legales. Lourdia fue sepultada el mismo día en el cementerio local.
Murió sin atención médica, sin documentos, sin haber cometido otro delito que el de vivir fuera del sistema.
Su historia ha conmocionado a la comunidad, que valora la actuación del equipo de emergencia, pero no puede ignorar la fragilidad en que viven quienes temen que una consulta médica pueda terminar en una deportación.
El caso ocurre en el contexto de un nuevo protocolo migratorio, en vigor desde el 21 de abril en 33 hospitales públicos. Según la normativa, los pacientes extranjeros deben presentar una identificación válida, carta de trabajo y prueba de domicilio. Si no cumplen con esos requisitos, se les brindará atención médica de emergencia y, una vez estabilizados, serán reportados a Migración para su posible repatriación.
- Anunciado por el presidente Luis Abinader, el protocolo busca regular la atención a pacientes extranjeros y garantizar el cumplimiento de las leyes migratorias.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y comunidades migrantes han advertido que esta medida podría disuadir a personas indocumentadas de acudir a los hospitales, incluso en situaciones críticas.
La muerte de Lourdia Jean Pierre es tragedia personal y espejo social. Pone rostro al miedo que se instala cuando el acceso a la salud se convierte en un riesgo legal. Y deja una pregunta: ¿qué tan amenazante debe ser el sistema para que una mujer prefiera morir pariendo sola antes que pedir auxilio?
Versión del hospital
La directora del hospital Teófilo Hernández, de El Seibo, Margarita Chovet, dijo que el niño fue llevado junto al papá a chequeos de rutina al centro de salud.
“Solo trajeron al bebé, y a su papá y el pediatra vio al niño y estaba en buen estado, no tenía ninguna complicación médica”, explicó.
Precisó que tan pronto el niño fue evaluado, se le entregó a su padre. “El cuerpo de la mamá no fue traído al hospital, solo se trajo al niño junto a su padre”, recalcó.
Fuente:
diariolibre.com